COMO ME LO CONTARON: los fanáticos

Definición de fanático, fanática

adjetivo/nombre masculino y femenino

[persona] Que defiende una creencia o una opinión con pasión exagerada y sin respetar las creencias y opiniones de los demás.

El fanatismo… Es una actitud o actividad que se manifiesta con pasión exagerada, desmedida, irracional y tenaz en defensa de, entre otros, una idea, teoría, cultura, estilo de vida.

… búsqueda o defensa de algo de una manera extrema y apasionada que va más allá de la normalidad.

Hoy en día se usa mayormente para designar a las personas profusas en su proselitismo hacia una causa religiosa o política, hacia un deporte, pasatiempo o hobby, o hacia una persona a quien idolatra.

un entusiasmo desmedido y/o monomanía persistente hacia determinados temas, de modo obstinado, algunas veces hasta indiscriminado y violento.

el fanatismo supera la racionalidad, la ceguera que produce este apasionamiento puede llevar a que la persona fanática se comporte, en ocasiones, de manera irracional...

 

Tٗú, que estás leyendo esto ahora: te sientes identificado con estas definiciones?

Yo soy un amante de la música y me considero fanático de Los Beatles. pero si alguien me dice que Paul McCartney es una loca arrebatá, o que Ringo pertenece al Partido Comunista y se saca los mocos en público, a mi me resbala.

Y es que hay que tener medida.

Uno quiere ver a sus héroes como impecables, sin defectos, impolutos. A nadie se le ocurre pensar en uno de sus héroes sentado en la taza del inodoro dando de cuerpo, como si no fueran seres humanos. Un héroe no se destiñe.

Tengo amigos fanáticos a todo tipo de cosas y he visto de cerca cosas irracionales, como por ejemplo, el caso de alguien muy cercano, que me quiere mucho, pero que no quisiera que fuera a su casa el día en que esté jugando su equipo preferido, porque yo le traigo «mala suerte» a su equipo. (???). El mismo se dá cuenta de la irracionalidad de este pensamiento pero no puede evitarlo.

Los fanáticos dan tristeza cuando por culpa de ese fanatismo se  distancia la familia, se rompen amistades y hasta se daña fisicamente al otro solo por no estar de acuerdo con lo mismo, la misma idea, el mismo concepto, el  mismo grupo, el mismo equipo o el mismo partido.

Esta suerte de conducta anormal es de la que se aprovechan los dueños de los equipos deportivos, los predicadores de religiones o sectas, o los políticos para que compremos boletos, mercancía que alude al grupo, donar dinero «para la causa» o conseguir votos.

Y también, de paso, por aquello de «divide y vencerás».

Creo que todo el mundo sabe que a mí con el tema de los partidos políticos me dá igual chicha que limoná. Voto por aquel que me convenza de que es el menos malo, o el que parezca el más honesto, o que tenga algo que me haga inclinar mi voto hacia él o ella. Y por eso casi siempre voto por uno que no sale. Creo que es una tendencia a tratar de ser libre, aunque la mayoría de las veces no lo logre.

Según mi modesta opinión, los políticos no son héroes, sino servidores pٗúblicos y por cierto, muy malos ultimamente.

Pero he aquí de que soy un artista y no un político. Y la política no solo no me atrae, sino que realmente me provoca repulsión. Sin embargo reconozco que hay que darle gracias a los políticos porque no hay mejor fuente de ideas para caricaturas y chistes que ellos. Es que hay que reِírse para no llorar.

Y hay que reconocer que ultimamente no ha habido mucho en donde escoger.

Por eso, tratando de recoger el sentimiento de mis amigos, unos fanatizados con Obama y otros con Trump, les regalo estas caricaturas que he basado en los comentarios tan lindos que vierten todos los días en el solar virtual.

Obama - Trump

Espero que no les pase como a los miembros del Partido Comunista en Cuba, que lo primero que pierden cuando se les entrega el carnet, es el sentido del humor.

Pónganse pa esto, que ni Obama ni Trump, ni el que venga después le vá a resolver sus problemas.

Si sienten la necesidad de seguir a alguien ciegamente, si no pueden evitar ese impulso, búsquense a un artista. Van a estar más entretenidos, más seguros, y de paso se van a cultivar.

Y si quieren discutir: por qué hacerlo con un familiar o con un amigo? Por qué no discuten con sus cónyugues? Eh? Le tienen miedo, eh? Es más fácil discutir con alguien que no te vá a hacer daño, claro…

Y si están pasmaos y solapeaos, y amargaos búsquense una mascota, hagan crucigramas o vayan pá Cuba y métanse en las Damas de Blanco, pá que demuestren que ustedes sí que sí!

Deja un comentario