Como ya les había dicho en una anécdota anterior, el antenólogo era -es- un personaje.
A continuación, una receta que una vez nos dió. Tienen que ubicarse en el momento histórico en Cuba. Debe de haber sido a finales de los 70 o principio de los 80, cuando hubo, por algunos meses, flautas de pan por la libre. También deben de ubicarse que son dos hombres (padre e hijo) que viven solos (para bien y para mal). Esta es la receta:
1) Se compran varias flautas de pan a comienzos de la semana.
2) Cuando se llega a la casa se deja caer una de las flautas por
detrás del refrigerador de manera tal que quede atrapada en el
serpentín, que no es más que el disipador de calor del
refrigerador.
3) Llega el Sábado por la noche antes de la película del Sábado
o el Domingo antes de sentarse a ver «Historia del Cine». Uno
«sorpresivamente» se acuerda de la flauta de pan que dejó
caer por detrás del refrigerador. Se coge la flauta de pan que
ha estado en el serpentín por varios días (y por tanto está
tostadita) y se pica a la mitad.
4) Se le saca el migajón a una de las mitades, se hace como una
especie de vaso.
5) Se saca del refrigerador todos los poquitos, los sobrantes de
todas las comidas que se han ido guardando durante toda la
semana (chícharos, arroz, picadillo, lo que sea) y se echan
dentro del vaso de pan.
6) Una vez lleno el vaso de pan, se taponea con parte del
migajón que previamente se le había sacado y se bate
fuertemente para que todo el contenido se mezcle bien.
7) Se cubre el pan con mayonesa (sí, en esa época, además de
flautas de pan por la libre, también había mayonesa!).
8) Se mete en el horno por 23 minutos (ni uno mas, ni uno menos)
9) Cuando lo sacas está crujiente (y aquí en antenólogo hacía como si se lo estuviera comiendo, haciendo el supuesto ruido de cuando uno muerde un pan crujiente).
Realmente nunca lo hice, pero salvo lo del serpentín y lo de echarle «todos» los sobrantes de las comidas, lo demás suena… bien?